“ Por fin, según el cable, la semana pasada la tortuga llegó a la meta. En rueda de prensa declaró modestamente que siempre temió perder, pues su contrincante le pisó todo el tiempo los talones. En efecto, una diezmiltrillonésima de segundo después, como una flecha y maldiciendo a Zenón de Elea, llegó Aquiles.” La tortuga y Aquiles, Augusto Monterroso (1921-2003). La cita es una (muy) divertida reflexión sobre una de las paradojas de Zenón de Elea (c.490-430 a.C.). Zenón, discípulo de Parménides, pertenece a la heterogénea mezcla de lo que llamamos “presocráticos” ; un conjunto de pensadores que abrieron las puertas a la interpretación del mundo. Aquiles curando a Patroclo, herido por una flecha. Fondo de un kylix ático, c. 500 a.C. Jorge Luis Borges, por razones que luego veremos, ha comentado en muchas ocasiones esta paradoja de Zenón. En concreto, en “Discusión” (1932) le dedica un par de ensayos en exclusiva. En uno de ellos, en primer lugar, expone la paradoja “inmortal” : “Aqu
En “Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay” (Michael Chabon, 2000.Premio Pulitzer 2001) hay una escena en la que aparece Salvador Dalí. Se relata una fiesta en honor del propio Dalí que se celebra el 24/10/1940, último viernes antes del cierre de la Feria Mundial de Nueva York (1939-1940). Dalí había participado como diseñador del pabellón “El sueño de Venus” ; se trataba de un delirio surrealista que contenía una abigarrada mezcla de artefactos modernos junto a motivos submarinos, incluidas sirenas. Por supuesto el pabellón motivó problemas con el comité de control de la Feria por algunos elementos (las “sirenas” ) que se consideraban “vulgares, indecentes u ofensivos” . Portada revista New Yorker, 24/02/1940. El sueño de Venus, Dalí. Con anterioridad, en 1939, Dalí había decorado escaparates en la famosa tienda de Bonwit-Teller en la Quinta Avenida; allí protagonizó una querella con la dirección porque modificaron sus diseños. En la fiesta citada, Dalí está vestido con un traj