Hace unos años leí “El descubrimiento del cielo” (Harry Mulisch, 1992). Me deslumbró. Es una novela larga. Funciona como una especie de “thriller” metafísico, como un extraño cuento de hadas y como una novela de aventuras. Es un relato erudito con un cierto distanciamiento irónico. Me recordó, en cierta medida, a Borges. Le resultaría aplicable el comentario de George Steiner (citando a Roger Caillois) sobre el propio Borges cuando decía que en nuestra iletrada época “la erudición en sí misma es un tipo de fantasía, un constructo surrealista”. Juicio a Eichmann. Momento de la lectura del veredicto. 13/12/1961. Harry Mulisch (1927-2010) fue, creo, el más importante escritor holandés del siglo XX. Era un hombre inquieto, amigo de la experimentación. Fue sistemáticamente acusado de arrogancia intelectual; en realidad le gustaba jugar a la provocación. Decía lo que pensaba realmente, pero a la vez, en el propio discurso, aportaba un tono irónico que insinuaba la autocrítica. Fue un eter
Información y realidad, Aquiles y la tortuga.