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Ibn Arabi y el infierno dantesco

En “El cetro de Ottokar”, Hergé (Georges Remi) incorpora un folleto turístico de Syldavia en el que indica: “No hay que confundir a Ottokar I de Syldavia con los Ottokar (Przemysl) duques y reyes de Bohemia". Al parecer, el soberano de Syldavia, que pasa a la historia por haber liberado a los syldavos del yugo bordurio, fue proclamado rey en 1277.
En cuanto a los Premyslidas (Przemyslidzi o Premyslovci) el gobernante más famoso fue Ottokar II (1233-1278), rey de Bohemia y margrave de Moravia. Se enfrentó a Rodolfo I de Habsburgo (1218-1291), primero de su estirpe en ser proclamado Rey de Romanos (Sacro Imperio Romano Germánico). El conflicto culminó, el 26 de agosto de 1278, en la batalla de Marchfeld (en la llanura morava); Rodolfo I fue el vencedor. Ottokar II murió en la contienda. Fue la batalla más importante que se dio en Europa de la caballería acorazada.
Batalla de Marchfeld
Las luchas por la hegemonía en Alemania de Rodolfo I provocaron que no interviniera en la pacificación de la convulsa Italia. Esta es la razón por la que Dante Alighieri (1265-1321) lo colocó, crítica incluida, en el Purgatorio de la Divina Comedia; precisamente con Ottokar II intentando consolarle:
“Aquel que está sentado en el puesto más alto, que en su actitud parece haberse descuidado de hacer lo que debía y cuya boca no se mueve para cantar con los demás, fue el emperador Rodolfo, que pudo curar las heridas que han dado muerte a la Italia, de tal modo, que tarde le vendrá de otro el remedio. El que con su presencia conforta al primero gobernó la tierra donde nace el agua que el Moldava conduce al Elba y el Elba al mar. Llamose Ottokar…”
Dante compuso la Divina Comedia (Commedia) entre 1304 y 1321. Se trata de una proeza literaria, tanto en el plano estilístico como en el conceptual. 
Dante. Domenico di Michelino. 1465. Duomo de Florencia.
En cuanto al estilo la composición se elabora mediante la “terza rima”, estrofa de tres versos endecasílabos rimando en consonante. Dante creó una variante, el terceto encadenado; en cada estrofa introducía una consonante nueva (en uno o dos de los versos alternativamente) relacionando la estrofa anterior y la siguiente. 
Curiosamente, es un sistema parecido al que Hergé utiliza en Tintin. Cada grupo de tres viñetas está conectado relacionando la tercera con la primera del grupo siguiente. Todo sin solución de continuidad.
En el plano conceptual el argumento es conocido. Dante, junto a su guía Virgilio, deambula en primer lugar por el Infierno, por el Purgatorio y, finalmente, junto a su amada Beatriz, por el Cielo. La arquitectura (estructura) de los tres ámbitos tiene una fisonomía parecida, nueve círculos infernales, siete escalones en el Purgatorio y nueve círculos concéntricos en el Cielo. 
Los orígenes de las ideas que iluminan el poema fueron magistralmente analizados por el sacerdote zaragozano Miguel Asín Palacios (1871-1944). Fue uno de los grandes arabistas de su tiempo. 
Publicó en 1919 “La escatología musulmana en la Divina Comedia”; fue su discurso de ingreso, como académico de número, en la RAE. El ensayo, prolijo, minucioso y brillante, ponía sobre el tapete la tesis de que la confección de la Divina Comedia era deudora directa de tradiciones inequívocamente musulmanas. 
El escándalo fue mayúsculo, sobre todo en determinados ambientes nacionalistas italianos. 
Umberto Eco, en un artículo publicado en L’Espresso el 19/12/2014, con motivo de una traducción al italiano del libro de Asin Palacios, comentó que “las ideas del erudito español fueron explosivas, especialmente en Italia”. Sin embargo, añadía Eco que las tesis eran correctas, tal vez un poco exageradas, pero impecables.
Paradiso. Canto 31.
Asin Palacios consideraba a Marcelino Menéndez y Pelayo (1856-1912) su maestro y amigo. Menéndez y Pelayo fue el máximo representante del nacionalismo conservador español del siglo XIX. A su manera era también regeneracionista. 
Siempre me ha llamado la atención que, abogando por un nacionalismo español, católico a machamartillo, escribiera una obra monumental, “Historia de los heterodoxos españoles” (1880-1882), en la que creo que apreciaba a los heterodoxos por ser españoles. Es decir, ganaba la reivindicación de los españoles, aunque herejes y pecadores, sobre su ideología netamente conservadora y un tanto reaccionaria. 
En el caso de Asin Palacios ocurrió algo parecido. Estaba atrapado por una dualidad de intereses y convicciones: por un lado su ideología conservadora, unida a su condición de sacerdote católico, y, por otro lado, su interés en mostrar la grandeza de lo español. En sus estudios sobre los filósofos y teólogos hispano-musulmanes, terminó prevaleciendo su intención de mostrar la importancia, e influencia, que éstos tuvieron en el pensamiento medieval europeo. Además, intentaba asociar la mística sufí con la mística cristiana.
Estudió a todos, Avempace, Averroes; pero sobre todo fue el apologista de Ibn Arabi (1165-1240), el gran maestro sufí murciano. En “La escatología musulmana en la Divina Comedia” investigó la influencia de Ibn Arabi sobre los escritos de Dante. 
Su análisis de la “Commedia” es minucioso, verso a verso lo analiza a la luz de las tradiciones musulmanas basadas en el Corán, los hadices. Compara la peripecia de Dante, junto a Virgilio, con el viaje (Isra’) y la ascensión a los cielos (Mi’raj) del profeta Mahoma (عَلَيْهِ ٱلسَّلَامُ). Esta tradición nace en el Corán (Sura 17) y de diversos hadices al respecto. Argumenta Asin Palacios que la tradición descrita por Muhyi al-Din Ibn Arabi sobre el Isra’ y el Mi’raj, en “El Libro del Nocturno Viaje hacia la Majestad del más Generoso” y en “Las Revelaciones de La Meca”, es la que influye en la puesta en escena. Virgilio y Beatriz acompañan a Dante en el infierno y el cielo, respectivamente. De la misma manera Mahoma (عَلَيْهِ ٱلسَّلَامُ) es acompañado por el ángel Gabriel.
No acaban en este ejemplo las influencias. Se extienden a la configuración de la arquitectura del infierno y del cielo. Identifica el concepto de “limbo”, que hasta entonces no existía en las tradiciones cristianas; lo más cercano era “el seno de Abraham” para los justos no bautizados. Uno de los aspectos más interesantes de la “Divina Comedia” es que las imágenes y ámbitos que describe se han incorporado al imaginario cristiano.
Para comprender las influencias musulmanas en toda la obra de Dante es necesario analizar el contexto histórico en el que esta obra se desarrolla.
Hay dos puntos clave. La corte castellana de Alfonso X el Sabio (1221-1284) acogió un conjunto de eruditos, cristianos, musulmanes y judíos, que realizaron numerosos trabajos de traducción e investigación. Estos trabajos crearon un “corpus” de conocimiento, de los filósofos griegos y de tradiciones musulmanas, que se extendió a toda la Europa medieval. Su influencia se puede rastrear en toda la escolástica y en el propio Tomás de Aquino. De hecho, Asin Palacios publicó en 1904 la obra “Averroísmo teológico en Santo Tomás de Aquino”.
El otro punto se encontraba en la corte siciliana de Federico II Hohenstaufen (1194-1250), rey de Sicilia y Jerusalén y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Por su erudición, cultura y conocimiento de lenguas fue llamado “stupor mundi”. Su corte, en Palermo, se convirtió en un foro de irradiación de la cultura musulmana en Europa. Otra “casualidad”, Federico II fue el tutor de Beatriz de Suabia, madre de Alfonso X. 
Federico II y su halcón. c.1240. Biblioteca Vaticana.
Es decir, cualquier persona culta de la época conocía las tradiciones musulmanas (hadices) con un alcance y profundidad bastante notables. 
Hay una figura fundamental en la influencia musulmana en Dante. Se trata de Brunetto Latini, filósofo y político florentino. En 1260 fue embajador de Florencia en la corte de Alfonso X, la finalidad era obtener una alianza contra los enemigos gibelinos (partidarios del emperador). La embajada fracasó, pero había puesto en contacto a Latini con los “productos” de la Escuela de Toledo. 
Latini fue el maestro de Dante, su influencia implicó la transmisión de tradiciones musulmanas casi de primera mano. Dante lo situó en el séptimo círculo del infierno (por su pecado de sodomía), a la vez que le rendía homenaje.
Tal y como recuerda Umberto Eco, en el artículo citado, a mediados de los años 1940 se redescubrió el manuscrito del “Libro de la Escala de Mahoma” que relata los comentados Isra’ y Mi’raj. En 1949 José Muñoz Sendino y Enrico Cerulli publicaron, cada uno por su lado, el descubrimiento de dicho manuscrito.
En 1264 Buenaventura de Siena (secretario real), por orden de Alfonso X, había traducido este libro al francés y al latín. La traducción se hizo, en primer lugar, desde el castellano al francés y luego al latín. De la versión latina se conservan dos manuscritos, uno en la Biblioteca Nacional de París y otro en la Biblioteca Vaticana; de la francesa se conserva uno en la Bodleiana de Oxford. Su existencia confirmó definitivamente la tesis de Asin Palacios. 

Bibliografía
Dante Alighieri. Divina Comedia. Alianza Editorial, 2013. ISBN 978-8420682884
Miguel Asin Palacios. La escatología musulmana en la Divina Comedia. Discurso leído en el acto de su recepción en la Real Academia Española. Imprenta Estalisnao Maestre, Madrid, 1919.
Georges Remi (Hergé). El cetro de Ottokar. 1938-1939. Editorial Juventud. ISBN 9788426102751.
Marcelino Menéndez y Pelayo. Historia de los heterodoxos españoles.
Bernard Darbord - César García de Lucas. El Libro de la escala de Mahoma, acerca del fabuloso viaje del profeta. Universitè Paris X Nanterre.
Umberto Eco. Dante e l'Islam. L'Espresso, 18/12/2014.