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Alan Lomax. Peripecia española

Una de las grandes familias de musicólogos estadounidenses fue la de los Lomax. John Lomax (1867-1948) fue un pionero en la preservación del folclore típicamente norteamericano. Junto a su hijo, Alan Lomax (1915-2002), realizó numerosos trabajos de campo, sobre todo en el sur de Estados Unidos. Estos trabajos se catalogaron en La Library of Congress para la que ambos trabajaron en las décadas de 1930 y 1940. 
Portada libro Ascensión Mazuela-Anguita. La fotografía está hecha en Albarracín (Teruel).
Hay una anécdota muy ilustrativa sobre Alan Lomax que se produjo durante la visita de los Reyes de Gran Bretaña a Estados Unidos, invitados por el presidente Franklin Delano Roosevelt, en junio de 1939.
Se planeó una velada musical para el jueves, 8 de junio de 1939. La organización del evento se encargó, por parte de Eleanor Roosevelt, a Charles Seeger Jr. Habría espirituales negros, cantos indios (cherokees), un concertista de banjo y dos canciones vaqueras. Para esto último, ante la imposibilidad de encontrar un cantante, Seeger se lo terminó encargando a Alan Lomax. De hecho, una de las dos canciones, “The Old Chisholm Trail” había sido estudiada y divulgada por el padre de Lomax. 
Finalmente se añadieron canciones clásicas más convencionales, como el “Ave Maria” de Schubert.
Sección programa velada, en honor de los Reyes de Gran Bretaña, en la Casa Blanca (Washington DC) en fecha 08/06/1939, en el que consta la interpretación de Alan Lomax.
Hubo una denuncia anónima sobre Lomax, acusándole de comunista y de que intentaría volar el edificio. Lomax, desde hacía algunos años ya estaba bajo el foco del FBI por unos comentarios en los que, al parecer, simpatizaba con el comunismo. 
Lomax fue acosado en la Casa Blanca por agentes del FBI y de Scotland Yard. Hubo un momento, en una escalera, en la que se cruzaron con él dos agentes que, con la excusa de tropezar, le cachearon. La propia Eleanor Roosevelt, en sus memorias, cuenta que Lomax “estaba tan asustado que apenas podía cantar”
En los años siguientes siguió trabajando para la Library of Congress y consiguió que le dejaran trabajar en New York. Se estaba convirtiendo en un gestor de la “folk music” norteamericana. Trabajó en programas de radio. Ayudó y alentó a los grandes de la época como Woody Guthrie o Pete Seeger. Organizó proyectos de recopilación musical de baladas, canciones y servicios religiosos en los lugares más remotos de los Estados Unidos. Sobre todo, en el Sur “profundo”
Tuvo conflictos por derechos de autor; no era tan fácil identificar los “propietarios”, si es que los había, de las canciones populares.
Un punto de inflexión se produjo con la “McCarran Internal Security Act”, para el control de actividades subversivas, que entró en vigor el 23 de septiembre de 1950. Ello produjo en Estados Unidos un ambiente asfixiante para todos aquellos que habían abrazado causas progresistas. 
Lomax se embarcó en el SS Mauretania el 24 de septiembre rumbo a Bruselas. A pesar de sus afinidades políticas, siempre defendió que se había ido a Europa para desarrollar una biblioteca de música folclórica mundial para Columbia Records. A partir de 1950 empezó a colaborar con la BBC en programas de música y folclore.
Alan Lomax en el Festival de Palma de Mallorca probando el micrófono. Junio 1952. Lomax digital Archive.
En esa misma época Alan Lomax empezó a pergeñar la idea de trabajos de campo en España, y otros lugares de Europa, para recoger canciones populares. La BBC quería producir unos programas de radio con músicas populares del mundo. Lomax era el gestor idóneo. 
Aquí aparece un libro fascinante, “Alan Lomax y Jeanette Bell en España (1952-1953)”, escrito por la profesora Ascensión Mazuela-Anguita y publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en 2021. Relata y comenta el viaje de búsqueda de raíces folclóricas españolas realizado entre junio de 1952 y enero de 1953. Fue un trabajo de sistemática grabación en cinta magnetofónica de canciones populares, las realmente cantadas por el pueblo.
El libro se divide en cuatro partes. La primera determina el itinerario de Alan Lomax. La segunda es un análisis de los contactos de Lomax en España que le permiten realizar su trabajo; el mecanismo consiste en tarjetas de presentación que diferentes personas, Julio Caro Baroja, el folclorista Walter Starkie y otros, confeccionan para que le atiendan sobre el terreno. 
La tercera parte analiza correspondencias entre el trabajo de Lomax y el realizado “para el Instituto Español de Musicología por Manuel García Matos, Arcadio de Larrea y Bonifacio Gil, entre otros …”. Esta parte, muy interesante, analiza la importancia de la confección de buenas bases de datos que permitan el cruce de información entre diferentes colecciones. Se trata de una glosa de los procesos de catalogación y tratamiento de información que son fundamentales para la investigación.
La cuarta parte se basa, fundamentalmente, en los escritos, y memorias, confeccionados por la acompañante de Lomax, Jeanette “Pip” Bell. Se conocieron en Londres, en abril de 1952, al parecer en una fiesta. Tuvieron una relación sentimental, más o menos intermitente, que debió terminar como tal, a fines de septiembre de 1952. A partir de entonces la relación es profesional, incluidos algunos desencuentros. Durante el viaje aparentaron ser matrimonio, en esa época en España no había otra alternativa. 
El libro finaliza con una conclusión y añade apéndices, bibliografía, un índice analítico y muestras de las tablas confeccionadas con los datos de las grabaciones. 
Jeanette "Pip" Bell, probablemente agosto 1952 en Barcelona (Mazuela-Anguita). Lomax Digital Archive.
Esta obra, obviamente, es un ensayo. Pero su lectura es muy amena y se percibe como un “crescendo” desde la aridez aparente de los datos a la realidad de las vivencias de las personas entrevistadas. Estas se convierten en las protagonistas del libro, percibimos la dureza de sus vidas atemperada por la música y el canto.
La profesora Mazuela-Anguita, con un buen ojo clínico, transcribe, y traduce, todas las notas de Bell. El contenido de las mismas es muy directo y descarnado. Es una estampa de la España de aquel momento, empobrecida y con una dictadura vigilante.
Al principio, Jeanette Bell, habla de la suciedad y el polvo que resultan constantes e insoportables. Dice que no se libró de las pulgas hasta el fin del viaje. El calor del verano le aplasta. Comenta la miseria extrema de los barrios pobres de Sevilla, este relato resulta sobrecogedor. En una reunión en casa de Walter Starkie, en Madrid, conoce a una impertinente inglesa; aprovecha para hablar del esnobismo insoportable de algunas inglesas que ha conocido en su vida. 
Las mujeres entrevistadas se sinceran con ella, le hablan de los noviazgos, muy largos, sin apenas contactos físicos. La sexualidad es tabú, pero al ser mujer logra indagar como no lo hubiera conseguido ningún hombre. La presencia de Bell, no solamente ayuda al buen fin del trabajo, sino que incorpora un sesgo inequívocamente antropológico a la finalidad principal. Las mujeres son las transmisoras de las canciones tradicionales, las depositarias de la cultura popular en el auténtico sentido de la palabra.
Sangonera la Verde, Murcia. Lomax Digital Archive.
Respecto a la finalidad del trabajo hay un comentario de Alan Lomax que resulta muy esclarecedor de cuál es su objetivo y, a la vez, de lo que hace la cultura oficial. Tal y como lo cuenta Mazuela-Anguita:
“Las diferencias de concepto de música folclórica también se reflejan en el encuentro entre Lomax y el secretario de Educación y Descanso en Zaragoza. Cuando charlaban sobre las interpretaciones del día siguiente el secretario indicó que todo el mundo grabaría para Lomax tras el espectáculo en el Teatro Principal. Lomax narra que cometió el error de preguntarle dónde podría encontrar música fuera de Zaragoza y ver la vida del campo, a lo que el secretario respondió que la mejor jota estaba en Zaragoza, puesto que las gentes del campo no sabían música y siempre estaban cambiando la jota porque no tenían formación y la olvidaban. Lomax señala que no pudo resistirse a «decir algo sobre que el folclore es algo que vive, cambia y crece, especialmente en el campo», a lo que el secretario alegó que ellos habían purificado la jota y añadió: «sé que no me crees; piensas que soy un falangista, pero lo que te digo es absolutamente cierto. Mañana te lo mostraremos». Según Lomax, en ese momento vio claramente por primera vez lo que implicaba «la recuperación fascista de la música folclórica en España».”
La importancia del trabajo de Lomax en España fue decisiva. Nunca se había hecho un trabajo de campo con los medios técnicos de grabación que se utilizaron. El fondo de grabaciones está disponible en “The Lomax Digital Archive” que está conectado, gracias, entre otros, a la labor de la profesora Mazuela-Anguita con los archivos de la Institución Milá y Fontanals de Investigación en Humanidades del CSIC. Su accesibilidad permite entrar en un mundo ya desaparecido pero que, gracias a la tecnología, puede ser visitado.
Ignacio Eizmendi Basarri y Alan Lomax. Ondarroa. Lomax Digital Archive.
Termino con un texto, realmente emocionante, del propio Lomax y recogido en el libro, que relata una de las sesiones de grabación en una pobre casa en Corcubión, en el Finisterre gallego:
“Entonces Manuela cogió a su hijo del regazo de Pip y nos cantó una nana gallega —una extraña e hipnótica melodía con voz áspera que durmió al niño antes de que acabara la grabación—. En muchas maneras esta había sido la mejor tarde de grabación de España. Este grupo de mujeres terriblemente pobres que podrían haber pasado por la calle como un paquete de trapos viejos, estos harapos de esta costa hambrienta habían llenado una horrible y fría habitación desnuda con belleza durante tres horas y habían hecho grabaciones que los académicos estudiarían y los oyentes disfrutarían por siempre.”

Bibliografía
Ascensión Mazuela-Anguita. Alan Lomax y Jeanette Bell en España (1952-1953). Consejo -Superior de Investigaciones Científicas, 2022. ISBN 978 8400110598.

John Szwed. Alan Lomax: The Man Who Recorded the World, Viking 2010. ISBN 978-0670021994