Al Capone (1899-1947) reinó en Chicago desde 1926 hasta su encarcelamiento en 1931. Su fama es universal, su impacto en la opinión pública de su tiempo propició que pasara a formar parte del imaginario del mundo moderno. Fue un reinado de terror y de control de las actividades de juego, prostitución y venta de alcohol, esta última de forma clandestina por la prohibición de la Ley Volstead (Decimoctava enmienda a Constitución USA en 1919). Al Capone era un hombre inteligente, con facilidad para los números (y la contabilidad), carente de escrúpulos, violento y extremadamente vanidoso y pagado de sí mismo. Curiosamente era querido por las masas, se le consideraba una especie de benefactor público. Es preciso recordar que la Prohibición, vista con perspectiva, fue un intento de la “América profunda” para obtener el control de una sociedad cada vez más diversa por la inmigración. En 1900 Estados Unidos tenía 76 millones de habitantes. Entre 1880 y 1920 entraron 20 millones de inmigrantes. La proporción es desmesurada y provocó distorsiones sociales. Los ciudadanos más desfavorecidos, de origen irlandés o italiano, aplaudieron a Capone como una especie de “Robin Hood”.
Alphonse Gabriel "Al" Capone. 26/02/1931 |
Estas son causas menores. Hay tres factores más que fueron los que causaron la debacle definitiva de Capone. En primer lugar la existencia de un grupo de magnates de Chicago, conocidos como los “Seis Secretos” (no eran solamente seis). Este grupo financió todo tipo de operaciones encaminadas a minar el poder de Al Capone. Incluso, en un momento dado, pagó los gastos de la estancia en Sudamérica de un testigo protegido que declaró contra Capone en el juicio de 1931. En el grupo estaba, entre otros, Charles G. Dawes, que había sido vicepresidente con Calvin Coolidge y que fue autor del “Plan Dawes” de estabilización de la moneda alemana. Otro posible miembro era Robert Rutherford McCormick, propietario y editor del Chicago Tribune. También estuvo en el grupo Calvin Goddard, experto en balística que ayudó a la invención del microscopio de comparación que permitiría identificar que un proyectil había sido disparado con un arma concreta.
Sentado, el presidente Calvin Coolidge. De pie Mabel Walker Willebrandt y el congresista republicano por Ohio Israel Moore Foster. 07/06/1924. Library of Congress. |
Mabel Walker Willebrandt en su despacho. Library of Congress. |
Esta sentencia había supuesto la condena de Manley Sullivan por no haber satisfecho los impuestos correspondientes a sus ganancias ilícitas. Los abogados de Sullivan argumentaron que haber efectuado las declaraciones de impuestos hubiera equivalido a autoincriminarse por las actividades que habían originado los ingresos. Es decir, la declaración de impuestos no se podía hacer en la medida que vulneraba la Quinta Enmienda (declarar en contra de uno mismo) de la Constitución USA. La United States Revenue Act de 1921 (Ley de Ingresos de 1921) había eliminado la palabra “legales” asociada a los ingresos que sí constaba en la versión de 1913. Este fue el “detalle” legislativo que permitió existencia de la sentencia Sullivan. A partir de entonces los ingresos declarables comprendían también los ingresos procedentes de actividades ilegales.
Su complicado encaje en la quinta Enmienda provocó una objeción por parte del juez Oliver Wendell Holmes Jr. Éste señaló que si se efectuaba una declaración de impuestos de este tipo aparecería la posibilidad de que se podrían declarar como gastos deducibles los sobornos (!!). Holmes añadió respecto a los descuentos por los sobornos (no sé si en serio o como rasgo de humor negro) “cuando un contribuyente tenga la temeridad de plantearlo”.
Al Capone fue condenado gracias a la doctrina de la Sentencia Sullivan, en un juicio celebrado en 1931, por cargos relacionados con la evasión de Impuestos a cumplir una sentencia de 11 años de reclusión en una prisión federal. Enfermo de neurosífilis, los cumplió en Atlanta y en la recién creada prisión de Alcatraz, en la bahía de San Francisco. Murió en su residencia en Miami el 25 de enero de 1947.