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Milton Caniff, elipsis, fractales y China

Milton Caniff realizó (como dibujante y guionista) las historietas de “Terry y los piratas” entre 1934 y el 30 de diciembre de 1946. Se publicó en forma de tiras cómicas (cuatro líneas por tres o cuatro viñetas) en las ediciones, inicialmente diarias y luego dominicales,  de periódicos de todos los Estados Unidos. Llegó a ser leída por 31 millones de suscriptores. Se trató de un encargo que le hizo Joseph Medill Patterson, fundador del New York Daily News y de uno de los grandes grupos editoriales de tiras cómicas, el Chicago Tribune-New York News Syndicate. Patterson, que había estado en China, como corresponsal de Hearst, al final de la rebelión de los Boxers, hizo el encargo a Caniff de una tira cómica que se desarrollara en China. En Estados Unidos, desde mediados del siglo XIX, siempre hubo un gran interés por incorporar a China a su órbita de influencia. 
Viñetas iniciales de "Terry y los piratas". Milton Caniff. Norma Editorial, 1991.
La obra de Caniff tiene gran importancia tanto desde el punto de vista formal como de su contenido. Los hallazgos formales de Caniff fueron glosados por Umberto Eco en “Apocalípticos e integrados en la cultura de masas” (1964). Uno de sus capítulos lo dedica a Steve Canyon, otro personaje de Caniff (entre 1947 y 1988). Eco apunta las aportaciones que el lenguaje de los comics hizo al lenguaje cinematográfico. En concreto, las elipsis provocadas por la secuencia de las viñetas y por el espacio temporal entre la publicación de las tiras. Estas elipsis implican la discontinuidad de la acción, o como  dice Eco “el montaje de la historieta no tiende a resolver una serie de encuadres inmóviles en un flujo continuo, como en el film, sino a realizar una especie de continuidad ideal a través de una real discontinuidad.”
Portada de la Revista TIME, 13/01/1947.
Sin embargo un espectador de cine de la época de Terry y los piratas (o de Steve Canyon) no hubiera comprendido discontinuidades en el rodaje (o no los habría admitido).  Umberto Eco apunta que Goddard en “Vivre sa vie" (1962) ya recoge esta forma de narrar:  “el discurrir del film está magistralmente articulado por medio de simple y pura yuxtaposición de fotogramas inmóviles. Todo esto significa pues que, a nivel del montaje, el cómic estaba realizando desde hacía tiempo una trayectoria que preanunciaba (¿y hasta qué punto promovía?) la de un cine posterior”. El cine y los comics nacieron casi al mismo tiempo y su desarrollo formal y conceptual estuvo íntimamente ligado. Desde luego, fueron la expresión más conspicua en el plano estético, del llamado “Siglo americano” (American Century). La expresión fue acuñada por Henry Luce en un editorial de la revista LIFE el 17 de febrero de 1941. Por cierto, Luce nació en China, hijo de un misionero estadounidense y formó parte del llamado “lobby de China” a partir de 1946.
Dr.T.V.Soong, Gobernador del Banco de China, en una visita a la Casa Blanca para una entrevista con F.D. Roosevelt. Washington, 01/07/1940. Sus hermanas fueron las mujeres más influyentes de China en su época. Ching-Ling se casó con Sun-Yat-Sen y llegó a ser Vicepresidenta con Mao Zedong; May-Ling se casó con Chiang Kai-Shek y Ei-Ling fue consejera de Chiang.
Volviendo a “Terry y los piratas”. El devenir de la historia cuenta las aventuras de Terry y su amigo Pat Ryan en la China de los años 1930. El colapso del estado manchú y la creación de la República China en 1911 culminó en una balcanización del país en manos de señores de la guerra, del Kuomintang, creado por Sun Yat-Sen y continuado por Chiang Kai-shek, de los comunistas y del Ejército Kwantung (un grupo del ejército imperial japonés instalado al este de Manchuria desde la guerra Ruso-Japonesa de 1905). En este escenario se desarrolla la acción descrita por Caniff. El relato tiene indudables sesgos racistas atemperados por la necesidad de la existencia de personajes chinos que resultaran atractivos. La peripecia sigue perfectamente el ambiente y los hechos históricos. El inicio de la segunda guerra sino-japonesa en 1937 se refleja en la existencia de menciones a los “invasores”, denominados así para evitar conflictos diplomáticos. Las atrocidades cometidas por el ejército japonés se muestran de forma indirecta. La primera vez que aparece un ámbito militar japonés se produce en la tira del domingo 30 de julio de 1939. No es casual que a primeros de julio de 1939 Roosevelt hubiera notificado a Japón su intención de finalizar el vigente tratado comercial con USA. Terry se convirtió en un héroe americano. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Terry asciende a piloto, la USAF envió a Caniff, oficialmente, un carnet con su correspondiente número de registro. 
Terry y los piratas (Milton Caniff). Viñetas del 21/11/1943. Los aviones que aparecen son un Mitsubishi A6M Zero, un Supermarine Spitfire británico y los aviones utilizados por los norteamericanos en China, los Curtiss P-40 Warhawk.
Lo que resulta muy interesante es cómo se muestra la anarquía china y la proliferación de  grupos de bandidos. Hay una clara correspondencia entre estos grupos de bandidos y la estructura de señores de la guerra que dominaba China. No había fronteras claras. Incluso durante la invasión japonesa, las líneas eran difusas. Además, la enormidad geográfica china impedía la existencia de demarcaciones nítidas. El concepto de “fractal” puede ayudar a comprender aquella correspondencia: “un objeto geométrico cuya estructura se repite a diferentes escalas”
Romanesco, ejemplo de geometría fractal.
Este concepto fue perfeccionado a principios de la década de 1970 por el matemático Benoît Mandelbrot. Más tarde, en el ámbito de las Ciencias Sociales, se estudió que en las crisis, cuando las organizaciones sociales pierden su estructura orgánica y esta se desintegra, los individuos, en función de su idiosincrasia, tienden a reproducir en diferentes escalas las mismas estructuras. Es decir, el control “mafioso” de los señores de la guerra, a escala continental, se reproducía en la pequeña escala relatada por Caniff. Se trataba de un mundo en pleno caos. Es sobrecogedor, sin embargo proporcionaba a Caniff una libertad creativa, en cuanto a las peripecias de sus personajes, que termina siendo la clave de su éxito.