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La guerra de Corea. Stalin y Mao

Hay un archivo, Wilson Center Digital Archive (en Washington DC), que ha digitalizado los telegramas cruzados entre Stalin y Mao Zedong sobre los avatares que rodean a la guerra de Corea. Resultan sumamente interesantes para comprender la naturaleza instrumental de dicho enfrentamiento y, además, para entender lo que ocurrió en el mundo comunista a raíz de este evento. Hay casi 200 documentos cuyo análisis muestra lo que estaba ocurriendo en el “otro lado” y las luchas internas entre Stalin y Mao que terminarían desembocando en la escisión entre China y la URSS a fines de la década de 1950.
Corea, que había sido anexionada por Japón en 1905, fue, después de la Segunda Guerra mundial, dividida entre soviéticos y norteamericanos (paralelo 38º). Corea del Sur dependía del control estadounidense ejercido desde el Japón ocupado y gobernado por Douglas MacArthur como procónsul de USA. Kim Il-Sung, el dirigente norcoreano, aparente protagonista de la guerra, era un ferviente comunista y un instrumento de Stalin al que reverenciaba. Despreciaba a los chinos, al fin y al cabo eran vecinos, y ellos recelaban de él. Por su parte Stalin, que estaba al final de su vida (murió en 1953), estaba jugando una enorme partida de ajedrez con los Estados Unidos. En 1948 había sufrido una derrota en Berlín, al intentar cerrarlo a los aliados y frustrado con un puente aéreo montado por los norteamericanos. En agosto de 1949 tuvo lugar la primera prueba atómica de la URSS, el monopolio americano desapareció. El 1 de octubre de 1949 se proclamó la República Popular China con Chian Kai-Shek retirándose a Taiwan derrotado por Mao Zedong.
21/12/1949. Celebración en el Bolshoi del cumpleaños de Stalin. Mao Zedong, Stalin y Walter Ulbricht (RDA). Detrás Vorochilov.
Stalin celebró su 70º cumpleaños en diciembre de 1949 con la asistencia de jerarcas de todos los países comunistas. Mao sufrió la humillación de ser uno más, no fue el interlocutor especial, no se le trató como el representante del país comunista más importante después de la propia URSS. En los acontecimientos venideros, la guerra de Corea, Stalin intentaría manipular a Mao de acuerdo con sus intereses. La documentación muestra que el auténtico gestor de los acontecimientos fue Stalin. Impulsó la guerra, organizó la ayuda soviética y tuvo muy presente que era una distracción sobre su auténtico objetivo que era la presión en Europa. 
El 12 de enero de 1950 Dean Acheson, el inteligente, e influyente, Secretario de Estado, pronunció un discurso en el Club de Prensa de Washington en el que, describiendo el perímetro defensivo de los intereses estadounidenses en Asia, dejó fuera a Corea. Fue una torpeza (?) y Stalin tomó muy buena nota. En unos telegramas enviados a Mao le dice que la invasión de Corea del Sur por parte del ejército de Corea del Norte (KPA) sería posible porque había cambiado la situación internacional. Además, le dice que habría que esperar a la reunificación coreana para firmar un tratado de amistad chino-coreano. Ese tratado habría supuesto una influencia china en Corea que Stalin no estaba dispuesto a consentir. Por su parte, Kim Il-Sung estaba deseando la invasión y a Stalin le interesaba para poner a prueba la respuesta norteamericana. Es preciso tener en cuenta que China y Corea del Norte dependían absolutamente de la ayuda militar soviética.
Atlee, Truman y Stalin. Conferencia de Postdam. 01/08/1945. Library of Congress.
La guerra comenzó el 25/06/1950 con la invasión de Corea del Sur por parte de los norcoreanos. Arrinconaron a las tropas norteamericanas en el sureste (Pusan). Estados Unidos (integrando un ejército de la ONU) contraatacó con un desembarco en Inchon (15/09/1950) y llegó hasta la frontera con China, en el río Yalu. Entonces, un ejército chino (dirigido por Peng Dehuai, veterano militar de la “larga marcha”) invadió Corea el 15 octubre de 1950, e hizo retroceder a los norteamericanos. El 26/12/1950 el general Ridgway asumió el mando de todas las tropas en Corea, con la excusa de la muerte en accidente del general Walton Walker, comandante hasta ese momento sobre el terreno.
General Dwight D. Eisenhower, Supreme Allied Commander, talks with Major Gen. Matthew B. Ridgway, CG, 18th Corps. 12/04/1945. Library of Congress.
Entonces se le quita el control efectivo de las tropas en Corea a MacArthur y Ridgway aplica una concepto de guerra contenida. Logra reorganizar las unidades, utiliza técnicas de tropas aerotransportadas (su especialidad) y no intenta implementar otra estrategia que mostrar a los chinos que la guerra les va a costar cara en hombres y material. Es decir, convierte la guerra en un instrumento político no en un fin en sí misma. Reconduce el ámbito bélico al terreno político en los términos de Sun-Tzu y de Clausewitz. Hay que recordar que, en su condición de subjefe del Estado Mayor hasta ese momento, estaba en íntimo contacto con Dean Acheson  y el propio Presidente Truman. La administración comienza el camino para deshacerse de MacArthur que había actuado de forma muy peligrosa (y estúpida) sin haber comprendido en absoluto que no se trataba de una guerra a muerte sino, literalmente, de un enfrentamiento de tanteo. Reveló su poca inteligencia estratégica y su falta de preparación intelectual.
Retrocediendo al momento (octubre 1950) en que los chinos se plantearon la invasión hay dos hechos que resultan esclarecedores y merecen ser comentados. Uno de ellos es la reunión clandestina  el 1 de octubre, celebrada en casa (en Long Island) de un ejecutivo del National City Bank of NY (W.W.Lancaster), entre el subsecretario de Estado (de Extremo Oriente) Dean Rusk y el embajador de la URSS ante la ONU, Yakov Malik. No se llegó a ningún acuerdo, fue una toma de contacto. Esta reunión en un momento tan temprano de la guerra no es casual, ambos contendientes consideraban la guerra con carácter instrumental, y el interlocutor visitante no es otro que la URSS, sin participación de China ni Corea del Norte. Era un asunto entre los Estados Unidos y la URSS. 
El otro hecho está relacionado con el propio Mao Zedong. A principios de octubre comenta a Stalin que China no está preparada y que el Comité Central del PCCh ha tenido una reunión en la que los elementos moderados abogaban porque las tropas chinas no intervinieran. Stalin le contesta que la URSS proveerá todos los suministros que sean necesarios. Mao cambia de pronto y dice que Peng Dehouai (el general campesino) invadirá Corea. La maniobra de Mao fue magistral, le permitió dejar en fuera de juego a sus oponentes en el Comité Central y ganar una batalla interna de la que salió reforzado. Mao se dejó utilizar por Stalin y a su vez utilizó a Stalin en beneficio propio. 
Finalmente se invadió Corea por parte de los chinos que terminaron empantanándose, gracias a la estrategia de Ridgway en las operaciones “Thunderbolt” y “Killer”, a fines de enero y en febrero de 1951. Truman intentó iniciar conversaciones de paz que fueron boicoteadas por el incompetente MacArthur en marzo de 1951. Su actitud fue calificada de auténtica traición entre los gestores de la administración norteamericana. El 11/04/1951Truman defenestró a MacArthur. El 13/06/1951 hay un telegrama en el que Stalin habla a Mao claramente de armisticio y el 30/06/1951 Mao transmite a Stalin un telegrama de Kim Il-Sung diciendo que Ridgway quiere iniciar negociaciones. La guerra termino el 27/06/1953  con el armisticio firmado en Panmunjeom.
Coronel James C. Murray, Jr., USMC (derecha) y Coronel Chang Chun San, Ejército de Corea del Norte (izquierda), negociando zona demarcación. 11/10/1951. Fotografía oficial de la Marina de los EE. UU., Colecciones de los Archivos Nacionales.
En resumen, la lectura atenta de los telegramas permite identificar no solamente lo que se dice explícitamente sino también cómo se dice y, sobre todo, la intención de los mensajes. Stalin y Mao disputan su propia partida dentro del juego principal. Lo mismo ocurre en el lado americano, hay razones de política interior que explican determinados movimientos, por ejemplo, la tardanza en la destitución de MacArthur se debe a los apoyos que éste recibía de los sectores más conservadores del partido republicano.